miércoles, 30 de diciembre de 2015

La hipocresía de la ONU en Libia continua.

Mientras Tobruk y Trípoli llegan a un acuerdo para la formación de un gobierno de unidad, ambas partes y sus socios foráneos celebran un vulgar y pírrico triunfo para el esperado proceso de paz en Libia; que una vez más, no llegará. Nada cercano a la paz, el orden o la libertad propia de un estado de derecho, parece posible en el corto o mediano plazo, en un país que ha quedado desgarrado y saqueado por la guerra.

¡Dos gobiernos! Esgrimen la ONU, las potencias, la OTAN, la prensa mundial de “alta alcurnia”, las carteras diplomáticas y demás; ¡dos gobiernos! ¿Pero hay dos gobiernos en Libia? Por supuesto que la respuesta se cae de maduro, NO?. Demás está decir que desde la muerte de su antiguo líder Muammar Khadafi, Libia ha quedado regalada a la anarquía total; hoy no puede hablarse de gobierno alguno, puesto que no hay unicidad jurídica, política, militar y ni siquiera civil. El país magrebí ha quedado envuelto en la más profunda crisis que jamás haya vivido; a lo que encima ahora se le suma la nueva intervención programada por las potencias.

Hablan de dos gobiernos refiriéndose a los partidarios de determinadas tendencias políticas asentados en distintas ciudades, pero que en realidad no representan a nadie o a casi nadie. En Trípoli, los islamistas ligados a organizaciones extremistas, conducidos por la Hermandad Musulmana y sus aliados; mantienen un régimen de terror, violatorio de todo tipo de derechos y garantías, y de normas internacionales. La tortura, la humillación y la muerte contra los partidarios del viejo sistema que había ideado Khadafi, son cotidianas. Este aberrante “gobierno” con conexiones con Al Qaeda, tiene también como pergamino, no haber entregado el poder luego de haber sido derrotado en las elecciones de junio del 2014. Pero sin embargo, estos seguidores de la sharia dura y troglodita, encuentran respaldo en la ONU, en "las potencias democráticas" y en el “enviado de paz” Bernardino de Leon. Es de no creer, pero el trabajo de la ONU en Libia no deja de sorprendernos, primero una resolución para proteger civiles por la cual ellos mismos se encargaron de bombardear al país matando a miles de civiles, las cifras oscilan entre 60 mil o cientos de miles; luego de eso, sembrado el caos en Libia, deciden apoyar al Congreso General Nacional (nombre del gobierno con sede en Trípoli), quien además de cometer crímenes de lesa humanidad y actos de guerra; y no tener el apoyo de la población, se rehúsa a dejar el poder pese a los adversos resultados de los que ya comenté.

La Cámara de Representantes de Libia, con sede en Tobruk, sería el otro de “los dos gobiernos”, es en apariencia, quien detentaría la legalidad, puesto que fueron los victoriosos de las elecciones que menciono en el párrafo anterior; y obtuvieron el reconocimiento internacional, pese al cual, el héroe de la paz, Berni; ha hecho todo lo posible para darle su beneplácito a los islamistas de Trípoli y no a ellos. 
Varias versiones indican que junto a estos liberales corridos a Tobruk en el este del país, se encuentran muchos cuadros políticos y militares del antiguo régimen, y además se trataría del cuerpo estatal al que las tríbus estarían dispuestas a someterse; todo ello, no es fácil de comprobar aunque si se puedan encontrar indicios. 
Tobruk es el brazo político en que se apoya la rama del ejército conducida por Jalifa Haftar.

Entonces vemos que nos hablan de dos gobiernos y valdría la pena preguntarse si Libia ha quedado reducida a dos ciudades… ¿qué es lo que pasa con Sirte, Bani Walid, Bengazi o Misrata? ¿Han dejado de pertenecer a Libia? ¿Se han sometido a la jurisdicción de los “administradores” de las dos ciudades en cuestión? Bien, pues ni una ni la otra. Lo que no hace más que reflejar la gran mentira del supuesto nuevo escenario libio.

La realidad y no es nada nuevo, es que Libia quedó sumida en el caos, la división, el terrorismo y la sedición; es el lugar más seguro en el mundo… para los mercenarios del fundamentalismo islámico, también para que los refugiados peguen el salto a Europa, muchos de ellos, terroristas encubiertos.

El gobierno con estatus “legal” con sede en Tobruk, es el que mayor territorio abarca, y lo digo de dicha manera, porque difícilmente pueda decirse que controla todo el territorio que estaría abarcando. Se encuentra al este y mantenía hasta antes del 17 de diciembre una guerra de más de un año con Trípoli. 

Trípoli, de la mano de  los islamístas, intenta imponer su dominio en los alrededores cercanos y lejanos de la capital, pero en cuanto a la casuística, a penas si puede dominar determinadas áreas de la capital, puesto que existen lugares como Zaltan, Yafran, Gharyan, o el propio barrio Abu Salin, donde no logran tener un dominio total de dichos circuitos y en algunas ocasiones su influencia es escasa.

Bani Walid, es una ciudad irreductible. No solo resistió heroicamente y con un decoro admirable, la lluvia de misiles, bombas, granadas y balas largadas por la OTAN y el CNT luego de la caída de Trípoli en agosto de 2011, sino que solo por un breve momento, posterior al asesinato de Khadafi en Sirte, los mercenarios Pro OTAN pudieron escasamente controlar a la ciudad, la cual rápidamente volvió a caer en manos de los ancianos tribales leales a Khadafi, quienes junto a sus subordinados, dieron muerte a cuatro personalidades que consiguieron fama por ser señalados como los captores y asesinos del viejo líder beduino. Luego de eso Bani Walid ha resistido todo tipo de humillación y genocidio, sin  nunca dejar de mantenerse en pie; bombas con gas mostaza, asedio constante, los conocidos “asaltos finales” que se prometieron para doblegar la voluntad de sus pobladores y nada, Bani Walid continuó y continua irreductible. Hoy dicha ciudad es de las muy pocas ciudades en Libia en las que se puede vivir en paz, las diferencias ideológicas se aceptan, en las escuelas las maestras hablan de Khadafi abiertamente y los casamientos no solo respetan las tradiciones musulmanas, sino que además en muchas ocasiones se celebran con cuadros de Khadafi y su familia o pancartas en su apoyo. Entre medios y oficinas se establece que su dominio estaría a cargo de Misrata, donde el enemigo principal de los libios se ha asentado durante estos cuatro años, pero la realidad es que no la pudieron doblegar, tampoco dominar; tan solo pudieron hacerse con la ciudad por menos de un mes, después de que declararon oficialmente “el fin de la guerra” en octubre de 2011.

¿Entonces a cuál de los dos gobiernos en cuestión responde Bani Walid? En la práctica real a ninguno, y lo mismo pasa con otras ciudades.

¿Cuando hablan de dos gobiernos, en donde meten a Bengasi y a Misrata o en donde meten a Derna, ciudad controlada por los salafistas, con asiento también en la antes nombrada Bengasi; donde meten a Sirte, cuna de Muammar Khadafi y una ciudad modelo para el áfrica preparada para ser un lugar de recepción de grandes mandatarios del continente y el mundo; hoy manejada por el Estado Islámico? Y si preguntamos a cerca de los tuaregs, quienes controlan la parte oeste del país, con asiento en conocidas ciudades como Ubari y Ghat? El despelote de la pantalla de “los dos gobiernos” se hace más grande y cae al suelo como podrida.

Pero es en el marco de la mentira de la ONU, con los supuestos dos gobiernos que deben acordar una solución, donde Libia se desangra y desmiembra cada vez más; pero también resurgen y a la vista, los adherentes al khadafismo, quienes cada vez se ocultan menos. Este año por primera vez en el mes de julio luego de conocerse que Saif al Islam Khadafi había sido sentenciado a muerte, las calles del país norafricano de varios lugares, explotaron de gente con banderas verdes y pidiendo por la libertad y aparición con vida del hijo del coronel, quien goza de un holgado apoyo de los ciudadanos libios; fue por el, que en masa y categóricamente, por primera vez desde el fin de la invasión, los libios salieron espontáneamente y en todos los sitios del país a la calle a manifestarse.

¿Y Zintan? ¿Y las tribus con asiento en el sur? ¿Se someterán a ese proceso de “gobierno de unidad” que entre terroristas e imperialistas proponen? A Trípoli le han dado vuelta la cara, aunque con Tobruk algunos lazos tienen, puesto que los representantes de dicho parlamento, han pedido por la libertad de los presos políticos y dictaron una amnistía a favor de los khadafistas condenados a muerte entre ellos Saif al Islam. Por lo pronto sabemos muy poco aunque eso no quiera decir que no podamos decir nada, es más; día a día parece confirmarse la tesis de que Zintan ha custodiado a Saif de posibles agresores y que finalmente, en secreto lo ha dejado en libertad, lo que en su momento diolugar a una noticia que indicaba que Saif al Islam había sido nombrado Secretario General de las Tribus del sur; noticia que hace unos días ha vuelto a hacerse sentir fuerte entre los foros de la web que apoyan a la Libia verde.

En otro momento y si es que consigo mayor información entre mis amigos de Libia, también hablaré de la profecía sufí de un antiguo y gran referente de dicha rama del Islam, llamado Abdusallam Alsamar, quien habría tenido la visión del triunfo de la Revolución de los Oficiales Libres encabezada por Khadafi, de la guerra que sufrió el pueblo libio a manos de las potencias, las petromonarquías y los terroristas a sueldo y de la posterior victoria final de las fuerzas revolucionarias de la Yamahiriya. Lo más interesante de esto último es que dicha profecía ha llevado a montones de libios a creer que Khadafi no murió, inclusive siendo él a quienes los terroristas de Misrata pateaban, violaban y torturaban aquel 20 de octubre del 2011 ¡Fantastico! ¿No? Lo que no es fantastico, pero es mejor aún, es que así y todo, los libios prefieren no poner sus esperanzas en ello, sino que ponen todo en Saif, ellos dicen que la idea de Saif como conductor nacional, es real y podría estar mucho más cerca de lo que todos creen.