lunes, 4 de abril de 2016

Un experto argentino auguró la actual coyuntura de las regiones de Sudamérica y África con cinco años de anticipación.


Consultado por periodistas de todo el mundo ante el conflicto libio iniciado por las potencias en 2011, el experto argentino Horacio Calderón llamó la atención y predijo situaciones paradigmáticas con una infalibilidad asombrosa. Una de ellas merece un análisis diferenciado, por su complejidad y secretismo: “La voluntad de Washington de ir por Gadafi, luego por Chávez y finalmente por Cristina”.

Los aciertos de Calderón respecto al conflicto libio que las potencias y los reinos árabes implantaron contra Muammar Gadafi y sus leales; fueron contundentes; avizoró que si se producía la caída del líder beduino, iba a ser muy difícil tratar con los libios. “Están abriendo las puertas a un modelo que en el mejor de los casos podría parecer al de Irak, y en el peor de los casos al de Somalia. Es una especie de neocolonialismo posmodernista. Puede ser un estado fallido con presencia de grupos islamistas”.

Tal cual lo dijo, ocurrió. Habló de estado fallido desde la génesis del conflicto en el caso de que Gadafi fuera derrocado, así como también hizo hincapié en la presencia de grupos islamistas, que luego de ser armados hasta los dientes por occidente, se institucionalizaron desde la caída de la Yamahiya a hoy, como grupos de gánsters que disponen sobre los recursos económicos y la vida de los habitantes de país. Dentro del paralelismo trazado con Irak, nótese que el califato islámico llamado ISIS originario de de dicho país, terminó echando raíces en Libia e incluso se indica que su líder Abu Bakr al-Baghdadi se encontraría en Sirte.
Anunció la inclaudicable lucha que Gadafi daría y fue contundente en afirmar mientras el conflicto se desarrollaba, que el líder libio no había sido asesinado porque no habían logrado localizarlo; y sentenció: “Si Francia puede identificar el lugar en el que está ¡Lo mata!”. Muammar Gadafi con glaucoma y una enfermedad terminal (otro dato que también sería dado a conocer por Calderón), resistió hasta el final y no aceptó los retiros fastuosos al cual lo invitaban inclusive los países que lo estaban bombardeando. El coronel, su hijo Mutassin y una veintena de hombres, cruzaron fuego con el enemigo, resistiendo hasta el final, cuando fueron alcanzados y asesinados extrajudicialmente. La operación que terminó con el magnicidio de Gadafi, fue posible gracias a que drones franceses bombardearon el convoy en el que el líder libio se dirigía a un poblado cercano a su ciudad natal. Luego se conoció, debido a la denuncia del ex mandatario rebelde Mahmoud Jibril, que habría sido un agente infiltrado francés por mandato del presidente Sarkozy, quien finalmente terminó rematando al mandatario , magrebí.

Fue infalible y escalofriante cuando el 20 de octubre de 2011, entrevistado por el asesinato del coronel Gadafi, Calderón aseguró el destino que le esperaba, a Omran Shaban, “la gloria de aquel día”, por ser considerado el captor de Gadafi. El experto argentino, aseguró conocer a la familia de ese joven y dijo que nada bueno le esperaba, señaló, que su responsabilidad en el asesinato de Gadafi iba a ser vengada. Efectivamente en julio de 2012, Shabban y tres colegas fueron secuestrados por gadafistas de Bani Walid. El referente de la alta alcurnia rebelde fue entregado dos meses después a las nuevas autoridades de Trípoli en un estado deplorable. Luego fue llevado a Francia para que se le den tratamientos médicos de alta complejidad, pero a los pocos días murió luego de una larga agonía.

Los convulsionados días de 2011, llevaron al maestro de las relaciones internacionales, a sostener que lo que ocurría en Libia era parte de un plan maestro urgido por occidente. Sin titubeo alguno afirmó y llamó la atención acerca de lo que una fuente del congreso de EEUU le había dicho por lo bajo en un encuentro para una cadena de televisión: “Ahora vamos por Libia, después por Chávez y luego por Cristina”…

En más de una ocasión el especialista hizo referencia a la fuente y la supuesta pretensión de Washington, llamó a tomar conciencia de dicha amenaza, exhortando incluso a los gobiernos a que dispongan medidas que prevean su seguridad.

Consumado el hecho de la ejecución del mandatario libio, el tiempo corre y al entonces presidente de la República Bolivariana de Venezuela se le agudiza un cáncer; un tumor surge en la entonces presidenta argentina, pero resultó ser benigno. Empujado por su temperamento sinigual, Chávez, aparecía ante las cámaras de televisión fuerte y jovial hasta cuando estaba calvo por la quimioterapia, no parecía tener dolencia alguna. Sin embargo su enfermedad había avanzado a un grado irreversible y el 5 de marzo del 2013 muere en el hospital militar de Caracas. Hoy las pruebas que indican que su muerte habría sido inducida, adquieren relevancia y méritos jurídicos, que amparan la hipótesis del magnicidio del mandatario sudamericano (O sea de que habrían ido por el como lo afirmó Calderón). Juristas internacionales entre los que se destacan Eva Golinger, han señalado que en este momento existen claras evidencias de que el Comandante Hugo Chávez Frías fue asesinado, e incluso señaló a uno de los posibles partícipes necesarios del crimen que en la actualidad es protegido por EEUU. Se trata del ex escolta presidencial Leamsy Salazar.

Claramente la ex mandataria argentina no corrió la misma suerte, además en el caso de la doctora Cristina Fernández, no había posibilidades de que se mantenga en el poder, pues la Constitución del país rioplatense se lo impedía. Sin embargo, arrastrado por una campaña mediática nacional de desprestigio que el grupo Clarín y los medios bajo su órbita orquestaron contra la administración kirchnerista; quien había logrado obtener un consenso importante en la sociedad argentina (Daniel Scioli), candidato a presidente por el Frente para la Victoria, partido liderado por Cristina; sorprendentemente pierde las elecciones frente a un adversario que hablaba de ajuste, devaluación, despidos, cierre de programas sociales y concluir definitivamente la alianza de Argentina con los países latinoamericanos encuadrados en el ALBA. Así Mauricio Macri representante de la derecha liberal argentina, reanuda relaciones con Washington ante lo que parece ser un “nuevo consenso” y lo construido por más de doce años en el ámbito del derecho, defensa y ayuda mutua en la región es echado a la basura.

La muerte de Gadafi marcó un antes y un después en la historia de África y su futuro, lo mismo puede decirse que ha ocurrido en América del Sur con la Muerte del ex presidente Chávez, quien se había constituido como el principal promotor y líder moral de un movimiento regional no alineado a EE.UU. y del cual Cristina Fernández, como antes lo había sido su Marido Néstor Kirchner, y que continuaría Daniel Scioli de haber sido electo presidente, eran adherentes y la influencia argentina en dicho espacio, muy notable.

Como se lo habrían manifestado a Horacio Calderón allá por 2009, fueron por ellos, logrando producir un quiebre en ambas regiones que a partir de ese mismo año (2009), habían impulsado una política común y no alineada a las potencias en el marco de la segunda cumbre de los Países de América del sur y África que se celebró en Margarita Venezuela y cuya continuidad se trasladaría a Sirte en el año 2011, obviamente suspendida por la guerra en el país norafricano. 

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